23 oct 2009

EDICION Nº 21 - 2009

Enero, abrázame

Joven de piel olorosa, arribaste con tus colores a la estación del verano, abriéndote paso entre las alas del jardín, en la montaña, y en el despoblado callejón; donde el jazmín se abanica asomándose al balcón.
Enero, llegaste alegrando a la rosa, abriéndole un pimpollo nuevo en el viejo macetón.
Colgándote en tu cintura, racimos de frutas frescas, trepándote en el aljibe que solo, duerme bajo el rosedal.
Tallando tus brazos en la aurora que se asoma, buscándote, para atrapar los gorjeos de los gorriones y guardarlos en tu pecho hasta que salga el sol.
Luego te apareces por las ventanas bañándolas de luz, regalándoles tu aliento azul que se pasea por el cantero cubierto de clavelinas, donde la luna hizo noche y la lluvia llora sus penas, refrescando a un día agobiante.
Haciéndote el distraído paseas por el jardín enamorando a la magnolia, que con su perfume, adormece las alas de los pájaros.
También te hamacas en las ramas de los árboles, murmurándole a la siesta, que apasionada, se recuesta en el muro del patio.
Por las noches, en cambio, luces un traje laminoso mientras caminas lento por los senderos, recogiendo estrellas que se atreven a peregrinar por la inmensa oscuridad del cielo. Cuando de repente, tropiezas con la rosa vieja y enferma, y arrodillándote ante ella, le preguntas por aquel amor de un tiempo lejano. Pero..., despojándose de sus aterciopelados pétalos, murió en tus brazos, sin llegar a responderte.
Enero, joven de piel olorosa, baila un vals con tus recuerdos, atrapa tu risa que se cuela por el misterioso silencio de las flores, y escucha al sonido de la campana que llega desde el río que corre apresurado, convirtiéndose en remanso para tus oídos. Y luego escucha mi voz que te clama, ver salir al sol por las mañanas...y tiéndeme tus perfumadas manos con un ramito de blancas azucenas.
Luego..., luego abrázame fuerte y oprime contra tu pecho mi trémulo corazón hasta morir. Morir en ti.Solo una flor he de pedirte para que arome, cuando me recuerdes, y sus pétalos se desprendan en el aire y vuelen junto al viento, hacia el apasionante escondite que he guardado para vos.
Enero, que hoy te arrastras por el patio de la casa, prométeme volver con tu calido olor a verano, a siesta y a naranjo en flor, para arrullarme junto a vos y susurrarte todos mis secretos.
Enero... abrázame!!!